Una entrevista con Lenin
He llegado hace poco a este país, Rusia, y hace mucho frío.
Es un momento muy duro, pero comentan que pronto llegara el fin de tanto sufrimiento. Ayer ocurrió algo decisivo para el pueblo ruso, se tomo el Palacio de Invierno y hoy he podido entrar para entrevistarme con Lenin que es uno de los dirigentes de los bolcheviques.
Ya había dado unos pasos y me di cuenta de que todo eran lujos, algo que no esperaba pues mientras allí tenían las mejores comodidades el pueblo pasaba hambre.
Dos hombres me acompañaban hacia a sala en la que Lenin estaba dando un discurso, entramos con sigilo y espere con paciencia y escuchaba con atención todo lo que oía en aquella sala, mientras aquellos hombres seguían a mi lado controlando todos mis movimientos. Lenin acabó y yo salí disparado tras él; Lenin no hizo ni un descanso para detenerse en hablar conmigo, le hizo un gesto a esos señores que me acompañaban y se despidió de mí.
Me detuve pues me había dado cuenta de que aún no era el momento, así que espere un par de minutos y por fin llegó, con compañía. La verdad es que me sentía incomodo con tantas personas a mí alrededor, pero quería conseguir una buen entrevista así que los salude y pronto empecé a realizar preguntas.
He llegado hace poco a este país, Rusia, y hace mucho frío.
Es un momento muy duro, pero comentan que pronto llegara el fin de tanto sufrimiento. Ayer ocurrió algo decisivo para el pueblo ruso, se tomo el Palacio de Invierno y hoy he podido entrar para entrevistarme con Lenin que es uno de los dirigentes de los bolcheviques.
Ya había dado unos pasos y me di cuenta de que todo eran lujos, algo que no esperaba pues mientras allí tenían las mejores comodidades el pueblo pasaba hambre.
Dos hombres me acompañaban hacia a sala en la que Lenin estaba dando un discurso, entramos con sigilo y espere con paciencia y escuchaba con atención todo lo que oía en aquella sala, mientras aquellos hombres seguían a mi lado controlando todos mis movimientos. Lenin acabó y yo salí disparado tras él; Lenin no hizo ni un descanso para detenerse en hablar conmigo, le hizo un gesto a esos señores que me acompañaban y se despidió de mí.
Me detuve pues me había dado cuenta de que aún no era el momento, así que espere un par de minutos y por fin llegó, con compañía. La verdad es que me sentía incomodo con tantas personas a mí alrededor, pero quería conseguir una buen entrevista así que los salude y pronto empecé a realizar preguntas.